Guillermo Ocampos

                                                      Por: Guillermo Ocampos

Por estos días, Big Data parece ser una palabra usada en exceso en lo cotidiano de la jerga profesional. Y a la vez, se presenta como la nueva ola de la tecnología y los negocios, que contribuye a aumentar la innovación, la competencia y la productividad de las empresas.

Sorteando esta ambigüedad, podríamos ensayar una definición evolutiva en el sentido que Big Data es la nueva generación del “Data Warehousing” y del “Business Analytics”. Por lo que queda claro que esta nueva ola no surge de repente. Ha estado con nosotros desde hace tiempo. De hecho, Big Data, existe desde hace décadas.

¿Qué cambió? Que en los últimos tiempos ha explotado la cantidad de datos en nuestro mundo. Las empresas capturan miles de millones de bytes de información sobre sus clientes, proveedores, y sus operaciones. Millones de sensores en red se están adicionando a dispositivos tales como teléfonos móviles, automóviles, etc. A la vez, las personas con sus teléfonos inteligentes y las redes sociales continúan impulsando este crecimiento exponencial. De manera que el fenómeno Big Data ahora es parte de todos los sectores de la economía real. Así, la información pasa a tener tanta relevancia para la economía como los factores tradicionales de la producción, tales como los activos tangibles y el capital humano.

Pero entonces ¿qué significa realmente este fenómeno? ¿Es simplemente la proliferación de datos? ¿O puede Big Data desempeñar un rol realmente útil en la economía? La respuesta está en el valor potencial que el análisis, la gestión e inteligencia de grandes volúmenes de datos pueden crear para las organizaciones y los distintos sectores de la economía.

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Asimismo, ¿la complejidad del fenómeno es sólo por el mayor volumen? Sabemos que durante las próximas décadas, los cruces adicionales de información que se generarán nos llevarán a nuevas fronteras del análisis y el conocimiento. Por eso, las organizaciones ahora están acumulando terabytes de datos de todos los dispositivos a su alcance. Sin embargo, el problema no está suscitado en el almacenamiento de esta información, sino en realidad, en el uso de estos datos para lograr una real ventaja competitiva.

En definitiva, no importa cómo se lo llame, si Big Data, Analytics, o lo que sea. Lo que realmente importa es lo que las empresas saben por ejemplo, acerca de sus clientes. Y qué pueden hacer con esa información para mejorar sus negocios. Este cambio radical, aún no está ocurriendo en toda su dimensión.

Sin dudas, la carrera comenzó. Por eso muchas organizaciones se están apresurando para almacenar la mayor cantidad de información posible por temor a la pérdida de oportunidades. Pero ¿dónde está la línea de salida y la meta de llegada del Big Data? «¿Qué, Dónde y Cómo puedo empezar?» Estas preguntas son algunas de las que a menudo muchos ejecutivos y empresarios se están haciendo. Pero sobre todo, recuerden: Big Data, debe ser una decisión empresarial, no de IT.

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